viernes, 26 de abril de 2024

Un poquito de sal y unos granos de pimienta... ¡eso no es un TFG!

Utilizo hoy esta entrada a modo de autoterapia para superar la época de revisiones finales del Trabajo Fin de Grado (TFG) de mis estudiantes. No me considero libre de culpa en este sentido, simplemente, me gustaría pedir a la audiencia que hoy me lee ideas para mejorar, para evitar tener esta sensación de desasosiego cada año al llegar la primavera, porque me siento en un déjà vu. Los estudiantes perciben el TFG como un trámite que hay que pasar como sea, en general, siempre hay excepciones, y esto dificulta la elaboración de trabajos con sentido. 

Mi entrada de hoy es distinta a otras que escribo, y es que empiezo al revés, quizá como pienso que hacen mis estudiantes, primero he puesto el título y las palabras clave, como un intento de ser fiel a una idea que ha pasado por mi cabeza. aún sabiendo que habré de modificar. 

Un trabajo de estas características es como un enorme pastel a capas, se retoca la cobertura de chocolate una y otra vez hasta que queda lisa, y cuando lo está ponemos esa guinda de color rojo encima.

Y es que las primeras entregas que recibo de los trabajos allá por el mes de febrero llegan incluso a incluir el resumen, como un ejercicio de colocar las manos sobre una bola de cristal. Quiero no pensar que estas dotes de plasmar el trabajo antes de elaborarlo en un puñado de párrafos, no son frutos de la inteligencia artificial tan nombrada en estas semanas.


Un poquito de sal... aderezo de un buen cocinero, algo que me permita probar, saborear, y añadir si fuese necesario. O acaso ¿conocen a ustedes a algún cocinero que coloque la sal en la cacerola antes de la comida? La sal se echa después, cuando el guiso lleva ya su tiempo. 

En mi casa siempre me dijeron que la sal tiene que ponerse a las lentejas en el último momento, porque si no nunca se quedarán tiernas para comer.

La primera tarea es la labor de la lectura... leer, tomar notas, recopilar ideas, ... planificar lo que vamos a hacer. Un buen diseño es garantía de un buen inicio. Y tampoco vale leer cualquier panfleto con forma de revista científica lleno de ruido y colores, tenemos que leer de verdad, desde antes hasta ahora, de los que dibujaron las primeras ideas a los que a día de hoy las utilizan o las modifican. Fuentes que contrasten, que den distintos aportes, que nos cuestionen, que nos hagan ir a otra y a otra lectura, como una espiral, que un día haga poder decir: empiezo a escribir mi trabajo.

¡Ay, la lectura! Esa lectura pausada, las notas con lápiz de grafito al margen, algún papelito de colores que asomaba por los bordes, ... La lectura es el motor de aprendizaje, que no podemos perder, que no es coger pedacitos de aquí y de allá solamente. Irene Vallejo en una de las grabaciones para la Biblioteca Nacional nos dice "…la lectura seguirá cuidándonos si cuidamos de ella. No puede desaparecer lo que nos salva".

Iniciaremos nuestra elaboración, sin dejar de leer hasta el final, construyendo un esquema. La propia labor lectora nos irán dando elementos para realizarlo. Cada uno lo hará con estilo personal, en papel o digital, más o menos ordenado, más o menos extenso, ... Ahí radica la individualidad, el estudiante pondrá su singularidad en la elaboración, y el docente podrá guiarle ayudándole a ordenar lo que allí se recoge. Pero no ordenándoselo, sino marcando preguntas a las que dar respuesta desde este primer borrador, que de alguna manera romperá el miedo a la página en blanco.

Iniciamos así los primeros ingredientes de nuestro guiso, en orden, primero los más gruesos, después los más delicados, para que todos ellos puedan tener oportunidad para el punto de cocción adecuado.

Nada está aún cerrado, porque quizá ese esquema inicial se modificará según vayamos avanzando. Esas modificaciones unas veces estarán causadas por nuestros propios descubrimientos, una lectura, una experiencia que se descubre, una vivencia incluso, ... y otras veces vendrán causadas por la realidad, un colegio al que quise acudir y no pude, un libro que quise leer y no encontré, por ejemplo, nos irá descubriendo el marco flexible que supone un trabajo de estas características.

El siguiente paso, que no es nuevo porque ya lo habríamos tenido en cuenta, es materializar nuestra idea en forma de objetivos a lograr, una meta nos dará el objetivo general, una meta que puede ser la resolución de un problema, la elaboración de una experiencia, la mejora de un aprendizaje, ... ¡es tan variado el campo en este sentido! Y varios objetivos secundarios que nos ayudarán a conseguir el general, ordenados según las acciones a realizar. Formulados en infinitivo, porque expresan acciones que vamos a realizar. 

No es lo mismo un guiso para cenar que para comer, no es lo mismo que seamos dos a la mesa que cuatro, no es lo mismo si alguno de nuestros comensales tiene una intolerancia alimentaria o no.

No confundamos estos objetivos, que conforman la guía de elaboración del TFG con los que pueden suponer los logros si incluimos una propuesta de aula por ejemplo, en este caso tendremos otros objetivos relacionados con qué queremos conseguir con las personas implicadas en esa propuesta. 

Seguimos avanzando, elaborando un marco teórico. El fundamento donde se va a sustentar nuestra práctica. Una escritura continua, guiada para el lector, sin abusar de la cita literal, escrita en impersonal o primera persona del plural, ordenada en las ideas que se transmiten, incluyendo subapartados si es necesario para reforzar alguna idea, concepto o experiencia. Incorporando las referencias de lectura, debidamente citadas. No te importe en este momento la normativa de citación que la universidad te pida, colócala y luego ya revisarás todas en conjunto. A veces esto de la citación lo veis como una traba, pero aseguro que es facilitador para la gestión de la propia información.

Dejar el guiso sobre el fuego, sabiendo que no es lo mismo que sea cocina de gas o eléctrica. Dando vueltas despacito con la cuchara de madera, y vigilando si hay que echarle un poco de agua, caliente o fría dependiendo cuáles sean los ingredientes.

Y luego viene la parte práctica, la parte que diferencia más unas titulaciones de otras, unos enfoques de otros, unas realidades de otras. Desde la construcción de una propuesta, a un análisis de una realidad educativa, desde un diseño de actividad que se implantará, a una revisión sistemática (utilizando un protocolo claro en el mejor de los casos), ... Cada TFG tendrá un abordaje distinto, unas veces marcado por la propia universidad, otras por el tutor/a, otras por el propio estudiante.

La cocina ha de cuidarse, probando el guiso dejándole que la prueba se enfríe sobre la cuchara antes de ponerla en la boca. Corregir la sal o las especias, espesar la salsa, o echarle algún chorrillo de un buen licor son los elementos que diferenciarán un plato de otro.

No voy a pararme en esta parte porque estaría relatando varios días, pero, sí quiero decir que esta parte no puede estar desconectada del marco teórico. ¿Para qué lo has hecho si no es para sustentar esta parte práctica? No tiene sentido hablar de una cosa para luego experimentar con otra. Por eso es tan importante ese esquema inicial que guiará el trabajo de inicio a fin.

Y una vez terminado, daremos paso a las conclusiones. Retoma los objetivos, empieza por los específicos, quizá tengas que reformular cómo los escribiste, ahora es el momento. Relata su logro o no, documenta en el marco teórico por ejemplo desde resultados previos de la literatura de investigación, que apoyen lo que tú has conseguido o no. No pasa nada por no alcanzar un objetivo, lo importante es el análisis sobre por qué no se ha hecho. Reflexiona, escribe, plantea mejoras, toma consciencia del proceso seguido y valora lo mejor y lo peor, y sobre todo, las mejoras de futuro, que puedes colocar en un apartado de prospectiva.

Elegir el plato donde servir nuestro guiso es tan importante como los ingredientes. La estética, las formas, el color, .... cuida cada pequeño detalle para que tus comensales disfruten de la comida en presente y la recuerden en el futuro.

Y termina con las referencias, esta vez ya te toca colocarlas bien, por orden alfabético, con la normativa que te pidan. Deben coincidir las recogidas en el cuerpo del trabajo con las que listas en este apartado final, ni una más ni una menos. Aún puedes dar una última vuelta si alguna de ellas no termina de encajar, reescribir entonces algún párrafo puede ser una forma de analizar sobre la marcha de los últimos detalles.

Y ahora... a disfrutar de la comida, con pausa, disfrutando del sabor y del olor. Permitiéndote cerrar los ojos para centrarte más en el momento.

Y para terminar recuerda, que si hay anexos no tiene sentido que tengan una extensión exagerada. Intenta que no sean más allá del 10-15% de las páginas totales del trabajo, y solo coloca ahí lo que sea realmente necesario.

Para terminar, vuelvo al inicio, el resumen. Organizado internamente como IMRD, Introducción, Método, Resultados y Discusión (conclusión). Una última forma de ver todo el trabajo de manera vertical, para pulir esas pequeñas cosas que has aún pueden mejorar un poco. 

Y en todo este caminar, está tu tutor o tutora, a quien puedes consultar dudas grandes o pequeñas, manifestar inquietudes. Escucha con atención sus consejos.

Y es que una buena receta de un libro de cocina o de las recetas de la abuela, nos ayudará a iniciar nuestra tarea culinaria, que más tarde será autónoma y personal.

Para terminar una reflexión, el TFG es una obra del estudiante, una guinda al pastel de su tarta. Una tarta que han supuesto 4 años de estudio en el mejor de los casos, y que debe ser un tiempo de poner en escena los sabores percibidos y los aprendizajes vividos. El TFG no es un trámite, es una última forma de aprender y aplicar lo aprendido, esta vez con un docente atendiendo individualmente y de manera personalizada al estudiante, ¿puede haber mayor expresión de personalización?

Referencias:

Vallejo. I. (2022, 25 de marzo). Manifiesto por la lectura. En Biblioteca Nacional de España, Capítulo 6: ‘Elogio a la lectura. Los libros y la BNE como guardianes de la cultura y la memoria colectiva. https://www.bne.es/sites/default/files/repositorio-archivos/memoria-sonora-cap6-enlaces-y-recursos.pdf


jueves, 25 de abril de 2024

¿Cómo hacer un resumen para un TFG o TFM?

 Iniciamos situándonos en darle sentido a un buen resumen y palabras clave, un primer espacio donde el lector y primero evaluador va a conocer tu trabajo. Un espacio que debe sintetizar todo el contenido, y además "enganchar" al lector para continuar leyendo.

   

El título, el resumen y las palabras clave tienen tres funciones básicas: 1) Son los metadatos con los que se indexan nuestras publicaciones, las cuales definirán -en base a criterios de búsqueda- su posicionamiento en buscadores (SEO Académico) o su emergencia en bases de datos; 2) Es una manera de sintetizar lexicalmente todo el recorrido del manuscrito, desde sus antecedentes, posiciones epistemológicas y métodos aplicados, hasta sus resultados, principales hallazgos y avances y ¿por qué no?; 3) Son el «gancho» (bait) para atraer el interés de lectores y otros investigadores, lo que es definitivo a la hora de lograr visibilidad e impacto, ergo citas.

                                                        Fuente: Romero (2020)

Ángeles Rebollo-Catalán (s.f.) en el material publicado en la Universidad de Sevilla, tiene una excelente publicación que puede guiarte en cómo hacer un buen resumen, y también cómo poner un título:


Como vemos esta estructura interna del resumen IMRD supone una forma de organizar lo que vas a contar que ayudará al lector a conocer tu trabajo de inicio a final. Veamos algunos detalles a partir del trabajo de Sánchez (2009):



Referencias:

Rebollo-Catalán, A. (s.f.). Alfabetización científica: título, resumen y palabras clave   https://bib.us.es/educacion/sites/bib3.us.es.educacion/files/poat2016_2_1_0_titulo_resumen_palabras_clave.pdf 

Romero, L.M. (2020, 31 agosto). Cómo escribir un resumen para una publicación científica [Blog]. https://www.grupocomunicar.com/wp/escuela-de-autores/como-escribir-un-resumen-para-una-publicacion-cientifica/

Sánchez, A. A.,  (2009). Los resúmenes para artículos de investigación. Revista Virtual Universidad Católica del Norte,  (26), 1-9. https://www.redalyc.org/pdf/1942/194215516001.pdf